Mi caballo de fuego
Una tarde como tantas otras, aunque llena de humedad, vacía de sol, tantas dudas y quimeras…
La pregunta solo una, todos alrededor como silenciosos espectadores del veredicto final, el paso a la lógica transición.
Y así fue, después de un tiempo remoto que perdió su fecha, después de largos inviernos, primaveras, veranos y otoños que volvían a empezar irremediablemente, así pasó.
Un paso adelante para pronunciar que ahí, justo en ese momento la presente, esta misma que viste y calza, decide firme aunque no serena que quiere formar parte de su propia vida sin ser manipulada, ni engañada, tan siquiera olvidada.
No es fácil aprender a caminar de nuevo para aquel que estructuró una vida entera. La decisión de emprender en solitario lo que hasta entonces era, aunque aparente, compartido.
Buscar para encontrar, o encontrar sin buscar, liberar el pensamiento de vanas ataduras para entender finalmente que el mundo está en ti y solo has de tirar de él, fuerte, muy fuerte y sin miedo.
Una vez me dijo un amigo que los que te quieran andarán contigo, los que no, simplemente no estarán. Contando con ellos, solo con los que andaban conmigo y me querían, contándome entre ellos, gané el pulso a la indecisión, y aprendí a aprender que para ser valiente primero se ha de sentir miedo.
Gané el pulso al absurdo y aprendí también que fácil es vivir si realmente sientes.
El fuego empieza donde acaba el miedo,entendiendo que la vida es bella,empieza justo donde acaba la oscuridad,abres a la luz en cualquiera de sus formas,inunda todos los rincones como el pincel de Sorolla…Así nació mi fuego en esa pasión por darle luz a mi vida y el fuego que anda, y va, y viene, y vuelve...se entretiene en cualquier lugar...solo por ver.
Ese fuego que nació de tardes como aquellas en las que siempre anteponía la humedad y la duda, iluminó finalmente a la adolescente que se olvidó de crecer, a la mujer que dejó de pedir, a la amante que dejó de sentir, me iluminó a mi, a la persona que soy ahora.
Una tarde como tantas otras, aunque llena de humedad, vacía de sol, tantas dudas y quimeras…
La pregunta solo una, todos alrededor como silenciosos espectadores del veredicto final, el paso a la lógica transición.
Y así fue, después de un tiempo remoto que perdió su fecha, después de largos inviernos, primaveras, veranos y otoños que volvían a empezar irremediablemente, así pasó.
Un paso adelante para pronunciar que ahí, justo en ese momento la presente, esta misma que viste y calza, decide firme aunque no serena que quiere formar parte de su propia vida sin ser manipulada, ni engañada, tan siquiera olvidada.
No es fácil aprender a caminar de nuevo para aquel que estructuró una vida entera. La decisión de emprender en solitario lo que hasta entonces era, aunque aparente, compartido.
Buscar para encontrar, o encontrar sin buscar, liberar el pensamiento de vanas ataduras para entender finalmente que el mundo está en ti y solo has de tirar de él, fuerte, muy fuerte y sin miedo.
Una vez me dijo un amigo que los que te quieran andarán contigo, los que no, simplemente no estarán. Contando con ellos, solo con los que andaban conmigo y me querían, contándome entre ellos, gané el pulso a la indecisión, y aprendí a aprender que para ser valiente primero se ha de sentir miedo.
Gané el pulso al absurdo y aprendí también que fácil es vivir si realmente sientes.
El fuego empieza donde acaba el miedo,entendiendo que la vida es bella,empieza justo donde acaba la oscuridad,abres a la luz en cualquiera de sus formas,inunda todos los rincones como el pincel de Sorolla…Así nació mi fuego en esa pasión por darle luz a mi vida y el fuego que anda, y va, y viene, y vuelve...se entretiene en cualquier lugar...solo por ver.
Ese fuego que nació de tardes como aquellas en las que siempre anteponía la humedad y la duda, iluminó finalmente a la adolescente que se olvidó de crecer, a la mujer que dejó de pedir, a la amante que dejó de sentir, me iluminó a mi, a la persona que soy ahora.
anna mismamente
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te mando besos de los míos, de corazón, gracias