El mes no me llega a final de sueldo, me lo dijo hace tiempo un buen amigo, y después de un leve aturdimiento
lo entendí.
Me han vendido muchas movidas en estos ya 46 noviembres, pero lo de hoy,
ayer y parece que por tiempo, no tiene nombre.
Se me anuda el estómago con cada nuevo amigo o nueva amiga que se va a la
numerología del paro, ya toda una ciencia, sí señor.
Me despierta mi parte más oscura ver a personas humanas tiradas por las
calles. Hace mucho frío corasones…¿y el suelo? el suelo está muy duro y…muy
húmedo...
y no puedo hacer más que acercarles una manta, unos bocatas…leche con café
calentito…nada...nada…
Gritaría al ver que la gente joven ha de morderse los labios porque no hay
más. Han de callar y aguantar todo aquello que nosotros y nosotras ya
derribamos en un tiempo…y nuestros padres también lo hicieron y los suyos…¿y
ahora qué?... las ilusiones, el mundo por pisar fuerte, el horizonte
abierto…¿dónde?
Y no puedo hacer más que animarles y decirles que esto pasará y volveremos
a ser gente…nada más…nada…
No entiendo ni quiero entender jamás que nuestra vida sea tan solo una
desgraciada y puta economía...
Me calienta sobremanera leer, escuchar, recibir noticias de esto o aquello.
Más bien de éste o aquel, de los que han cambiado de lugar un dinero, que no es
suyo, por supuesto…vaya, que se lo han llevado o evadido o agenciado...o
mangado.
Y no puedo hacer nada más que hablarlo, explicarlo, pregonarlo y decirlo a
los cuatro vientos para que por donde andemos creemos un gran envoltorio que les
ahogue en su propia mugre y vergüenza.
Mordería cuando veo como echan a una familia de su casa, cuando les veo
dejar tiempo en un reloj de arena volcado. Cuando sus cosas se convierten en
trastos. Y sus lágrimas son de niebla…
Y que puedo hacer yo, que puedo hacer…sino chillar aún más fuerte…
chillar hasta romper muros y paredes de congresos y palacios,
cristales de altos edificios de negocios…
gritar, gritar…fuerte, muy fuerte…
y pediros que gritemos juntos con el no nos vencerán de siempre
y en cualquier lugar donde se nos necesite.
Porque hay algo que no tiene precio…nuestro ser más íntimo, nuestra
vergüenza, nuestra humanidad, nuestro respeto…todo eso y mucho más no nos lo
pueden arrebatar ni lo pueden aniquilar.
¿Nos damos las manos?
Una magnífica venda,
ResponderEliminarLa democracia ha sido,
Que se va cayendo,,,
el problema no son las democracias sino las gentes que las habitamos vicente
EliminarSí,querida Anna, nos damos las manos y si es preciso lloremos juntos, porque gritar ya gritamos pero los carentes de conciencia, además, son sordos e insensibles al dolor ajeno.
ResponderEliminarUn beso con abraso corasong.
.......................Carlos
(Subelo a Face, es preciosa la queja, sentida y doliente que llega a las entrañas salvo al que no las tiene)
corasong, corasong, te debo tantos abrasos...
Eliminarque te daré ciertos!
maestro gracias, un honor. Y te hice caso, está en el face, ¡va por ti amigo mío!